MATILDE UCELAI. PIONERA EN LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA EN FEMENINO.

 Como mujer destacada en el ámbito de la arquitectura quiero traer aquí la figura Matilde Ucelay Maórtu

Matilde Ucelay en su época de estudiante.


Primera mujer en licenciarse en Arquitectura en España, rompió la barrera de una profesión totalmente copada por hombres en aquella época (primera mitad del siglo XX). En su paso por la escuela de arquitectura destacó intelectualmente sobremanera, llegando a aprobar dos cursos en un solo año. Cabe destacar que la escuela técnica tuvo que adaptar sus instalaciones a la presencia de Matilde y dos compañeras más que se matricularon esos años, y que por las vicisitudes de la guerra no pudieron terminar sus estudios a la par que ella. Terminó la carrera, como digo, en cinco años, de 1931 a 1936.

Matilde Ucelay junto a sus compañeros de promoción.


En el contexto de la II República, al terminar la carrera recibió el reconocimiento de sus compañeros de carrera e incluso del Ministro de Gobernación, el también arquitecto Amós Salbador. En ese mismo año formó parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Madrid.

Por haber formado parte de dicha Junta de Gobierno del colegio de Arquitectos de Madrid, al finalizar la guerra, fue juzgada en consejo de guerra, como tantos otros profesionales que durante el gobierno legítimo de la II República no habían hecho más que ejercer su cometido de acuerdo a la forma de gobierno vigente. Fue inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos y se le sancionó con la imposibilidad de profesión de arquitecta durante 5 años, además de una multa económica de elevada cuantía. El título conseguido en 1936 no le fue validado hasta pasados 10 años.

Su vida en esta época es el paradigma de las de aquellas mujeres que durante la república comenzaron a romper techos de cristal y a ampliar los espacios de participación de las mujeres en la sociedad y que se vieron avocadas al ostracismo y la anulación por parte de la dictadura. Gentes formadas que fueron represaliadas de las más diversas maneras, tanto física como profesionalmente. Anuladas para el desarrollo de una sociedad que necesitaba de su participación y que profundizó en su atraso secular al prescindir de todas ellas.

Los primeros trabajos que realizó debieron ir firmados por hombres amigos suyos. Su desarrollo profesional inicial tuvo que realizarse mediante encargos de particulares de la alta sociedad extranjera afincada en el país, para sus casas personales. Los españoles eran reticentes a que una mujer arquitecta trabajase en sus proyectos. No obstante, su obra fue prolífica y  merecedora de reconocimiento por su sencillez y búsqueda del detalle.

Sus principales obras fueron la Casa Oswald de Puerta de Hirro, la Casa Benítez de Lugo en Gran Canaria, así como algunas fábricas.

Casa Oswald, de Puerta de Hierro.




Matilde Ucelay durante una visita de obra.


El reconocimiento a su obra debe realizarse entendiendo el contexto histórico en el que se desarrolló, valorando su superación ante una sociedad que no contemplaba la participación de las mujeres en profesiones técnicas liberales. Su constancia y determinación por ejercer aquella carrera que tanto le apasionaba, logró sortear los obstáculos a los que se vio sometida. Nos debe servir para poner en contexto los logros alcanzados por la sociedad en este campo y lo difícil que ha sido conseguirlos. Los avances no han sido regalados, sino conseguidos contra una sociedad patriarcal muy estructurada desde el poder.

Afortunadamente, en 2004 Matilde Ucelay fue reconocida con el Premio Nacional de Arquitectura.

El Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana ha creado en su honor los Premios Matilde Ucelay , que se convocan anualmente y tienen por objeto el reconocimiento público de aquellas actividades que, en el ámbito de la perspectiva de género, se desarrollen en el sector de los transportes, la movilidad o la agenda urbana.


Quiero hacer un inciso, antes de acabar, en la diferente desarrollo de su carrera profesional tuvo un compañero suyo de carrera, Fernando Chueca Goitia. Chueca Goitia fue el otro único alumno de su generación que cursó la carrera en un año menos de lo estipulado, como nuestra protagonista. Mientras nuestra protagonista pasó durante su carrera por las dificultades que se han descrito, Chueca Goitia, pese a ser represaliado también con cuatro años de inhabilitación para el ejercicio de la profesión, se especializó en historia de la arquitectura y pudo desarrollar una prolífica carrera de restauración arquitectónica de edificios históricos públicos. Chueca llegó a ser catedrático de Historia del Arte de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid,  miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, presidente del Instituto de España y decano del Colegio Oficial de Arquitecto de Madrid. Esto demuestra que el desarrollo profesional de dos individuos con la misma gran capacitación intelectual, pero con diferente género han podido desarrollar sus carreras de un modo totalmente distinto debido a la sociedad en la que lo han hecho, que ponía palos en las ruedas para las mujeres y puente de plata para los hombres.

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